EGOÍSTA
Tengo miedo.
Miedo de todo lo que me pasa.
Todo es casi… perfecto. El “casi” lo pongo por culpa de ese miedo.
Tengo miedo.
Hace años me casé con tu padre, porque tu padre y yo así lo decidimos. Porque no queríamos pasar una noche más separados, porque “cumplimos” como novios doce años y ya estaba bien, porque necesitábamos vivir juntos y compartirlo todo, hasta la pasta de dientes.
Y así lo hicimos. Y así seguimos. Sin arrepentimientos y con la seguridad de que hicimos lo correcto, lo que deseábamos, lo que nos apetecía. Seis años después aquí seguimos. Luchando, tomando decisiones, conviviendo, educándote y queriéndonos, amándonos… y amándote.
Siempre me dije que quería ser madre antes de los treinta, y así fue también. Con veintinueve naciste tú.
La experiencia más importante de mi vida, por muchas decisiones acertadas o no que haya tomado nunca, esa es de la única que jamás me arrepentiré, porque por mucho que te lo diga, nunca me cansaré de repetírtelo, eres lo mejor que nos ha pasado en nuestras vidas, sin duda.
Aunque hoy cualquiera puede ser madre (de una manera u otra) hasta los cuarenta y pico años o más, también tenía claro que no quería tener cuarenta años y estar criando bebés. Quiero ser una madre joven y llena de vitalidad porque requerís muuuchas dosis de energía.
Tu padre y yo nos lo hemos pensado mucho. Traer hijos al mundo es maravilloso, pero también es lo más egoísta que puede hacer nadie.
No porque seas una extensión de nuestro ser, que lo eres, por mucho que alguno/as digan que los hijos son de la vida.
Siempre diré que eres mía y aunque tendrás tu propia vida, yo te he concebido, yo te he parido, criado, cuidado, sufrido y hasta que me muera, serás mía. Porque serás mi alegría, mi dolor, mi insomnio y mis desvelos, serás mi preocupación y mi felicidad, porque me he dado cuenta de lo dependiente que soy de alguien desde que te tengo. Porque necesito saber de ti a cada momento. Porque si estás mal, no puedo estar bien y que conste que nunca me lo notarás. Pero sufriré a la par que tú y seré feliz a la par que tú también. Es el precio que se paga "gustoso" o no, cuando decides ser madre o padre.
Hay quien critica al que decide no tener hijos, para mí, es lo más generoso que puede hacer nadie, renunciar a tener hijos creo que es lo más difícil que puede hacer una persona. No es egoísta no tener hijos. Para mí es un acto loable. Lo egoísta es tenerlos.
El mundo está peor que nunca, la naturaleza que les vamos a dejar a las generaciones venideras es vergonzosa, los gobiernos, la corrupción, la delincuencia, las mentiras, esas criaturas con veinte, treinta años o menos que tienen que emigrar para buscarse un futuro, que alguien me explique, ¿qué clase de acto bondadoso es traer a un hijo a un mundo como éste?
Para mí, es egoísmo puro, y así me considero. Egoísta.
Egoísta hija mía, porque con esta decisión pienso en mí, pienso en como pensarías tú, pienso por ti, que igual luego no es así. Pero no quiero verte sola, no quiero.
Mi padre fue hijo único, su hermana murió muy pequeña, su madre cuando él tenía cuatro añitos y su padre murió cuando cumplió los treinta y un años, si no fuera porque él construyó su propia familia con mi madre, ahora mismo, él estaría solo en el mundo. Sin sobrinos, sin hermanos, sin hijos, sin nietos, sin familia.
Egoístamente os diré que, para mí, lo mejor que existe en la vida es la familia, la familia que te quiere, que te apoya, que SIEMPRE está ahí, la familia en la que uno confía, la familia inquebrantable, la familia indestructible que es la mía. Cuanto más nos juntamos, más admiro el trabajo que hizo mi abuela con sus hijas, con sus yernos y con sus nietos.
Egoístamente pensando, no sé si tendrás pareja algún día, o hijos, pero sí sé que me quedará la tranquilidad y el consuelo, de que tendrás un hombro siempre, un hermano/a, alguien que siempre estará ahí, paséis horas o meses sin veros. Siempre tendrás un punto de referencia, algo que te recordará de donde vienes y quién fueron tus padres, tu sangre, tu procedencia.
Egoístamente hija, si algo tengo claro es que voy a tener este hijo por mí, por tu padre y sobre todo por ti, porque él o ella llegará a una familia que lo desea mucho y que lo va a querer tanto cómo a ti, y además lo mejor de todo es que os tendréis el uno al otro.
Egoístamente, necesito oler a bebé en mi casa, necesito vivir este embarazo, vivir otro parto, necesito ver nacer de mis entrañas a esa personita tan mía y tan de tu padre.
Egoístamente necesito poner a mi bebé en mi pecho, y dormirlo y cuidarlo. Necesito verte con él o con ella, necesito ver cómo le hablas y le besas, cómo compartes secretos, juegos, cómo peleáis y cómo os abrazáis, y pensar que en esta vida, lo mejor y más egoísta que he hecho es traeros al mundo. Porque si tú me llenas de amor, amor por partida doble tiene que ser el éxtasis total. Porque muero por ese día, el de ver la carita de mi bebé y el día de ver tu carita con él. O con ella. Porque me da igual lo que venga. Porque tú eres mi princesa y compartirás trono con un príncipe o una princesa más.
Egoístamente te diré, que elegí casarme con tu padre porque lo necesitaba, necesitaba tenerlo a mi lado de por vida, porque lo quería más que a nadie y moría por formar una familia con él, porque sabía que en él tendría mi apoyo y mi roca. Y decidimos tenerte por egoísmo, porque ese amor tenía que llegar a su punto más alto, y contigo lo comprobamos, porque nos uniste hasta el infinito, porque ya sé lo que es amar con cada poro de mi ser y ¿cómo no va a querer uno volver a sentir lo mismo?, ¿cómo vamos a renunciar vivir otra vez esa experiencia?
Lo siento pero los años me han hecho darme cuenta que egoístamente necesito completar la familia que un día comenzamos y cerrar el ciclo para, desde ya, comenzar uno nuevo.
Porque nada me frena, nunca, porque ni el trabajo, ni la familia, la carrera, tus cuidados, ni la casa, ni este embarazo, me van a parar. Porque quiero que veas en mí un ejemplo. Lo que cualquier madre quiere. Porque no hay nada a lo que tengas que renunciar. Porque querer es poder. Porque hay que ser egoísta en la vida para conseguir objetivos, para conseguir ser feliz.
Egoísta sí, porque querrás sentirte amada, porque querrás sentirte protegida y querrás repartir y dar amor a partes iguales o desiguales. Porque querrás llegar lejos en tu trabajo, con los amigos y en la vida.
Porque hay que ser egoísta por mal que suene. Y por desgracia, esto me lo enseña la vida, cada día.
Así que hija mía. Vive. Vive cómo tú quieras. Nadie lo hará por ti.
Solo vive.
¡FELIZ SEMANA A TODOS!
Y SÍ. HE VUELTO.